viernes, 24 de octubre de 2014

La desmemoria

Todas las personas hemos vivido experiencias maravillosas que nos llenan de alegría el alma y hacen dibujar una sonrisa en nuestro rostro con sólo recordarlas, pero también hemos vivido experiencias no tan gratas; las cuales hoy en día son recuerdos que preferimos evitar ya que nos llenan de tristeza, de vergüenza o de enojo. Por suerte, podemos notar que con el paso del tiempo los malos recuerdos pierden fuerza en nuestra memoria y con cada día que pasa aprendemos a vivir con ellos de la mejor manera posible, afrontando lo que sentimos con valentía.
Los recuerdos siempre acudirán a nuestra mente y se harán presentes en todo momento, ya que cada una de nuestras vivencias constituyen lo que somos en el presente. Cada experiencia, ya sea buena o mala, se convierte en una lección aprendida que nos enseña a vivir.
Muchas veces deseamos olvidar y empezar desde cero, sin embargo, esto no es posible ya que el olvido está lleno de memoria. Sí, tal como lo argumenta el escritor uruguayo Mario Benedetti, ocurre que el pasado es siempre una morada y no existe olvido capaz de demolerla.
Si deseamos vivir un presente en paz con nosotros mismos, debemos estar en armonía con nuestro pasado pero esta armonía sólo la logra el paso del tiempo. La vida no se trata de obligarse a sí mismo a aniquilar nostalgias, de negarse a los sentimientos que nos embargan ni mucho menos de intentar remendar cicatrices cuando la herida aún no ha sanado.
La vida es un largo camino lleno de obstáculos y por lo tanto, si vemos hacia atrás, veremos cuánto hemos tropezado. No obstante, lo realmente importante en la vida es tomar lo mejor de cada situación y utilizarlo para nuestro crecimiento personal.
Sin lugar a duda, no existe experiencia tan mala que no sea capaz de dejarnos una buena enseñanza.